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Antes de los ordenadores portátiles, de las videoconsolas HD y de los efectos visuales de infarto… existía un pequeño aparato con teclas de goma y espíritu revolucionario. Un ordenador que no necesitaba tarjetas gráficas de última generación para engancharte durante horas. El ZX Spectrum no fue solo tecnología: fue imaginación, aprendizaje, descubrimiento. Fue comunidad, juego y —para muchos— el inicio de una pasión que dura hasta hoy. 

¿Te suena exagerado? Pues piensa en esto: estamos en 2025 y aún hablamos de él. Porque su historia no es solo la de una máquina, sino la de miles de personas que aprendieron a crear antes de que existiera YouTube. Que soñaron con píxeles, que grabaron cintas, que se frustraron con pantallas en negro… y que volvieron a intentarlo una y otra vez. 

Hoy en Videocatálogo.es queremos rendir homenaje a ese pedacito de historia que sigue latiendo en la memoria colectiva. Así que… pulsa PLAY. Esta es la historia del ZX Spectrum. 

Los orígenes: Sinclair y la visión de democratizar la informática 

Clive Sinclair: el inventor que miraba al futuro (con un pie en el suelo) 

Sir Clive Sinclair fue, sin duda, una de esas mentes que ven el mundo con otros ojos. Ingeniero, empresario, visionario… y sí, también un poco testarudo. Antes de crear el ZX Spectrum, ya había lanzado calculadoras, radios miniatura y dos ordenadores previos: el ZX80 y el ZX81. Ambos fueron pioneros en su momento, pero estaban limitados: en blanco y negro, sin sonido y con un uso muy técnico. 

Sin embargo, Clive no pensaba en programadores profesionales: pensaba en hogares. En jóvenes. En el acceso universal a la informática. Su idea era sencilla (pero rompedora para la época): “Todo el mundo debería poder tener un ordenador en casa”. 

Y para eso, hacía falta algo asequible, fácil de usar y capaz de enganchar. 

El contexto del Reino Unido: crisis, Thatcher y píxeles 

A principios de los 80, el Reino Unido no pasaba por su mejor momento. Crisis económica, desempleo juvenil, tensiones sociales… Y en medio de todo eso, un ordenador de colores que se podía conectar a la tele del salón empezaba a aparecer en escaparates. 

El ZX Spectrum no solo fue un éxito de ventas: fue una herramienta social. En una época en que muchos adolescentes no tenían mucho más que hacer, programar juegos en BASIC, diseñar gráficos en 8 bits o cargar cintas durante minutos se convirtió en una forma de crear, compartir y aprender. 

Sin quererlo, Sir Clive Sinclair encendió una chispa. Y pronto, esa chispa cruzó fronteras. 

Del boceto a la revolución: nace el Spectrum 

La historia del Spectrum es también la historia del diseño funcional. Nada en él era lujo, todo estaba pensado para abaratar costes: carcasa de plástico, teclado de goma, sin disco duro, sin ventilador… y sin embargo, funcionaba. 

Se lanzó en abril de 1982, y en apenas semanas se convirtió en un fenómeno. No había redes sociales, pero el boca a boca hizo lo suyo: había nacido una leyenda. 

EL NACIMIENTO DEL SPECTRUM COMO FENÓMENO 

El nacimiento del Spectrum: de idea a fenómeno 

Un diseño que apostó por lo esencial 

Cuando Sinclair Research presentó el ZX Spectrum, la industria no entendía cómo algo tan modesto podía competir con gigantes como el Commodore 64 o el Apple II. Pero ahí estaba su genio: diseñar un ordenador funcional, divertido y al alcance de todos. 

El Spectrum venía en dos versiones al inicio: 16K y 48K de RAM. Sí, K. No GB. Y sin embargo, era suficiente para crear videojuegos, gestionar programas educativos e incluso escribir pequeños sistemas operativos caseros. 

Tenía una CPU Zilog Z80A a 3.5 MHz, un sistema gráfico de 256×192 píxeles con 15 colores posibles (aunque en realidad no podían usarse todos a la vez sin sufrir el famoso “color clash”) y sonido mono de un solo canal. Una limitación que los desarrolladores supieron convertir en arte. 

El teclado de goma: el más odiado y amado 

¿Recuerdas cómo era escribir en él? A muchos les parecía horrible. Teclas blandas, pequeñas, con comandos impresos encima que hacían que pulsar algo fuera un ejercicio de memoria y precisión. Y sin embargo, para toda una generación, ese teclado fue el primer contacto con la programación. 

Además, incorporaba un sistema de escritura “tokenizada” que hacía que pulsando una sola tecla pudieras escribir comandos enteros como PRINT, LOAD o POKE. 

Fue extraño. Fue incómodo. Fue genialmente distinto. 

teclado ZX Spectrum

¿Por qué era tan barato? 

El ZX Spectrum costaba desde 125 libras esterlinas en su lanzamiento. Eso, en comparación con los más de 400 libras del Commodore 64 o los precios prohibitivos de los ordenadores americanos, lo convertía en un producto estrella para las familias medias. 

¿Cómo lo lograron? 

  • Usaron una carcasa económica de plástico. 
  • El teclado no era mecánico sino de membrana. 
  • Se conectaba a la tele del salón (no necesitabas monitor). 
  • Usaba cassettes en lugar de discos. 

La idea era sencilla: eliminar lo superfluo y potenciar lo esencial. El resultado fue un ordenador que llegó a millones de hogares en todo el mundo. 

El inicio de una fiebre 

El lanzamiento del ZX Spectrum fue como lanzar gasolina sobre un fuego encendido. Ni los propios responsables de Sinclair esperaban una demanda tan masiva. En pocos meses, se multiplicaron los pedidos, se generaron listas de espera, y empezaron a surgir los primeros juegos de terceros. 

Se vendieron más de cinco millones de unidades en todo el mundo, y durante años fue el ordenador más popular del Reino Unido. En España, como veremos en la siguiente parte, se convirtió en todo un fenómeno cultural gracias a una empresa clave: Investrónica. 

En España, como veremos en la siguiente parte, se convirtió en todo un fenómeno cultural gracias a una empresa clave: Investrónica.”

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